Este 7M, mujeres, lesbianas, trans*, sexo-género disidentes migrades y racializades alzamos nuestras voces, frente a una nueva convocatoria de huelga y paro internacional.

En estos días es reiterativo ver un llamamiento a adherirse a la huelga. Nos preguntamos: quiénes hablan, en nombre de quiénes lo hacen, quienes callan, a quiénes no escuchan, quiénes paran.

Cuestionamos la huelga, pues creemos que se trata de una forma de lucha eurocentrada que no responde ni a las necesidades ni a las formas de hacer de muches de nosotres. Una vez más vemos cómo el feminismo blanco exporta o impulsa esta movilización, delimita las formas de lucha y agendas, para que otres nos sumemos, intentando convencernos de su importancia.

Problematizamos la huelga porque no queremos poner en el centro de nuestra lucha el trabajo, consumo, cuidado, educación sin cuestionar profundamente estas nociónes. El trabajo es uno de los ejes sobre los que se asienta el sistema racista, machista y capitalista en el que vivimos. La división del trabajo no solo tiene género sino también raza y clase. Mientras que desde el feminismo blanco se cuestiona la brecha salarial o el techo de cristal, no es casual que los trabajos menos valorados lo realicemos las personas migradas y racializadas. No queremos reivindicar un modelo que produce jerarquías coloniales.

Vemos que nuevamente ha tomado fuerza esta fecha como un día para celebrar el hecho de ser “mujer”. Bajo la extendida premisa de la supuesta unidad en la diversidad, se celebra una fiesta sin detenerse a cuestionar en profundidad las desigualdades y los mecanismos estructurales e institucionales que reproducen el racismo. Para que el racismo desaparezca no es suficiente nombrarnos antirracistas o poner una foto de Angela Davis en el cartel, sino cambiar radicalmente nuestras prácticas, maneras de pensar y de vivir.

Desde nuestras luchas diarias cuestionamos la supremacía racista de la que el feminismo blanco es parte y se beneficia; disfraza la violencia de machismo para no reconocer el racismo estructural e institucional que golpea a les mujeres, lesbianas, trabajadoras sexuales, trans*, sexo genero disidentes migrades y racializades. Nos preguntamos: ¿A quiénes se despoja de sus territorios, de sus saberes, de sus recursos? ¿A quiénes, aun habiendo nacido aquí, se insiste en tratarles como extranjeres? ¿Quiénes somos sus objetos de estudio y caridad?¿A quiénes las leyes de extranjería, las políticas migratorias y de muerte de la Europa Fortaleza cosifican, niegan los derechos y deshumanizan constantemente?

Como nos han enseñado las luchas anticoloniales históricas y actuales en el Sur global, queremos poner en el centro: la vida en todas sus formas. Para pensar colectivamente cómo generar alternativas de transformación donde todas podamos vivir en esta ciudad. No solo para tener una vida digna, sino una vida gozosa, rebelde, intensa y desobediente. Donde nuestra vida no genere muerte, exclusión y despojo a otras personas, pueblos, territorios y mundos.

CONTRA EL CAPITALISMO RACIAL, LUCHA ANTICOLONIAL!
LA LEY DE EXTRANJERÍA MATA!
QUEREMOS REPARACIÓN, NO INTEGRACIÓN!
HAZTE CARGO, DIVERSIDAD NO ES EQUIDAD!
NO MÁS FEMINISMO BLANCO APROPIACIONISTA!
ANTE EL BLANQUEAMIENTO FEMINISTA, REBELDÍA ANTIRRACISTA!